Wednesday, December 9, 2009

Cuento de media noche




L
a luz de la calle se colaba por la persiana en la ventana, todo estaba  en silencio, solo las canciones de la noche acompañaban a la luna. Estaba de pie junto a mi cama, pero no como quien se ha levantado, sino como quien observa el sueño de otro, sin embargo no había ningún sentimiento o emoción, solo la continua respiración y la mirada fija en el cuerpo que yacía enredado en las sabanas con el rostro vuelto a la pared. Ambos cuerpos me pertenecían – el que observaba y el observado- me pertenecían porque eran uno mismo o al menos hasta que posé mi cabeza en las almohadas lo había sido, ahora me veía en dos partes, una dormida –mi mente decía, era solo mi cuerpo vacío- y la otra parte, mi espíritu o esa materia, energía quizá que supuestamente se va cuando mueres; yo no había muerto, lo sabía.
La noche daba paso a la mañana y yo seguía –en dos partes- sin saber qué hacer… se me ocurrió moverme, mi alma o mente –lo que sea que estuviera fuera de mi cuerpo- dio la orden de dar vuelta a mi rostro…nada pasó. La fascinación y/o contemplación dio paso a un estado de terror, ¡mi ser no me obedecía! Di otra orden…nada… no podía hablar, ni gritar, ni siquiera podía hacer que mi cuerpo abriera los ojos…pánico… creo que eso fue lo que me hizo despertar –y volver a la normalidad- Mi corazón parecía salirse… pero esta vez si pude moverme, abrí los ojos: todo era igual… el sol ya se había apoderado del cielo, totalmente confundida me levanté y… seguí mi vida.

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